Con el bloqueo a una pyme láctea, Atilra quedó otra vez envuelta en maniobras coercitivas y violentas

Pese a que el sindicato intenta desmentirlo, trabajadores de la empresa láctea Vidal denunciaron que fueron amedrentados por gremialistas para que no ingresen a las instalaciones fabriles en la localidad bonaerense de Moctezuma.

Gremialistas que responden a Héctor Ponce impiden las operaciones de una pyme láctea en provincia de Buenos Aires.

La fábrica está paralizada desde la semana pasada después del vencimiento de una conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación. La empresa denunció un bloqueo y pérdidas estimadas en 33 millones de pesos diarios. El conflicto, entre otras cosas, está originado en un reclamo por recategorizaciones y mantiene en vilo a los habitantes del pueblo de 450 habitantes.

Desde el jueves pasado ya son 600 mil los litros de leche que dejó de procesar y son más de $33 millones diarios que pierde, según dijeron sus autoridades. Se redirecciona el destino de los camiones cisterna hacia industrias que pueden recibir la materia prima.

“En los 27 años que llevó trabajando la empresa nunca se atrasó un día en el pago de la leche a los tambos y ni en los sueldos. No se dan cuenta el daño que hacen. Me desespera tener que juntar la plata para pagar la leche”, dijo Arturo Díaz, director técnico y apoderado de la empresa.

Además adelantó que “sea como fuere, mañana voy a bajar la leche, quiero empezar a procesar mercadería para poder venderla, si no nos vamos a fundir. No puedo seguir extendiendo esta agonía, necesito generar mercadería y cobrarla. Voy a trabajar, aunque sea la mitad de volumen y con 8, 10 o 15 empleados que se animen a venir a trabajar a pesar de las amenazas del gremio. La fábrica tiene que ponerse en marcha”.

Violencia mal disimulada

El gremio se anticipó a las intenciones de la firma y de manera mal disimulada intentó “convencer” a los empleados que querían ingresar a trabajar para que no lo hiciesen. Para ello los gremialistas no dudaron en utilizar amenazas, tal como reconoció Marcelo Palmieri, quien realizó una denuncia por apremios en la Departamental de Investigaciones (DDI) de la Policía bonaerense. “Me paró un pibe y me dijo que había una huelga, que no había nadie, que era de gusto que ingresara. Fue amable, pero me tenía arrinconado frente a una camioneta. Charlamos amablemente, porque yo tampoco quiero que me golpeen. Fue una intimidación porque me dicen que conocen dónde está mi papá que es jubilado, agremiado y tiene Parkinson y ellos me dijeron que saben dónde vive”, relató al enviado de un diario porteño.

Si bien el gremio se esfuerza por negar que la planta de Moctezuma se encuentra bloqueada, los testimonios recogidos por la prensa porteña lo desmienten. “El bloqueo en sí es porque a esos pibes [los compañeros de trabajo que intentaron ingresar] no los dejaron pasar. Ese chico era clave que entrara para ese momento y ese día, porque es el elaborador, se llama Marcelo Garnero, junto al de la caldera de leña que da el vapor para cocinar la leche y hacer el queso. [A Marcelo] lo empezaron a apretar en la puerta diciéndole: ‘vos no entrás’. Pero él les decía: ‘no es decisión mía’, y los otros le decían que sí, que era su decisión”, describió Palmieri.

Tremendo gravísimo

No es la primera vez que el gremio que conduce Héctor Ponce se ve involucrado en hechos de violencia y coerción. El más recordado por sus repercusiones y virulencia tuvo lugar en diciembre de 2008, cuando el asalto de una patota sindical contra la seccional de esa ciudad que no respondía a la conducción del secretario general nacional provocó un enfrentamiento que dejó un muerto y 18 heridos.

El brutal enfrentamiento dirigido por el propio Héctor Ponce en Rosario.

Los hechos ocurrieron pasado el mediodía, cuando se desarrollaba un acto organizado por la seccional Rosario de Atilra con el apoyo de otras organizaciones gremiales para protestar por actos de violencia perpetrados por la conducción nacional del sindicato en la planta de SanCor. La irrupción de la patota vestida de amarillo y liderada por el propio Héctor Ponce portando garrotes y cadenas, generó un caos total con enfrentamientos cuerpo a cuerpo, una lluvia de piedras yla quema de vehículos.

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