Las preguntas que incomodan a Perotti y que prefiere no contestar

El candidato a gobernador del Frente Juntos se ganó la confianza de Cristina Fernández de Kirchner gracias al silencio cómplice en el intento de encubrimiento de los responsables del atentado a la Amia, del presunto asesinato del fiscal Alberto Nisman y de gravísimos casos de corrupción con la obra pública.

La ex presidenta premió el silencio y la complicidad de Omar Perotti
con la candidatura a gobernador.

Por Fernando Garello – Como la mayoría de los dirigentes del PJ que fueron protagonistas de la escena política provincial y nacional durante las últimas tres décadas, Omar Perotti tiene mucho que esconder. Para llegar donde llegó, debió transformarse sucesivamente en menemista, durante los denostados años 90, y más recientemente, en kirchnerista cristinista.

Dejando de lado los años 90, donde abrazó con fervor la ideología neoliberal y fue protagonista de la ola privatizadora que hizo estragos en la provincia y el país, Perotti supo ganarse más recientemente el apoyo de Cristina Fernández de Kirchner, quien saltando todo los procedimientos partidarios, lo ungió como candidato a gobernador en los comicios de 2015. Por eso no sorprendió que el rafaelino volviera a contar con la bendición de la ex mandataria para la compulsa que tendrá el próximo 16 de junio y que lo tiene como uno de los favoritos para derrotar al Frente Progresista, tras una hegemonía de doce años.

La pregunta que pocos se atreven a formular es qué debió hacer el rafaelino para contar con la gracia de Cristina Fernández de Kirchner. Por ejemplo, como ya reveló Primero Sunchales, no puso ningún reparo para votar a libro cerrado el escandaloso memorándum de entendimiento con Irán que se se pergeñó en las sombras para garantizar la impunidad de los responsables del atentado terrorista contra la Amia que costó la vida de 85 personas y causó heridas a más de 300.

El silencio y la complicidad de Perotti y el resto de legisladores del PJ leales a la ex presidenta resultaron cruciales para que se perpetrara el encumbrimiento de los responsables del cruento atentado terrorista, delito por el cual fue procesada y se le dictó la prisión preventiva que no se concretó por sus fueros de senadora nacional, en una causa penal que pronto se elevará a juicio oral.

Perotti nunca explicó por qué votó favorablemente dicho documento que ni siquiera fue ratificado por la asamblea legislativa del país islámico. Se infiere que fue un típico acto de lealtad al que el PJ nos tiene acostumbrados que negoció a cambio de la candidatura a gobernador de 2015.

En cierta forma puede decirse que su postulación, tanto en 2015 como en 2019, está manchada con la sangre de las víctimas del atentado terrorista a la mutual judía.

La muerte de Nisman

El candidato a gobernador del Frente Juntos tampoco se refirió públicamente a la muerte del fiscal federal Alberto Nisman, quien denunció la maniobra de encubrimiento pergeñada por Cristina Fernández de Kirchner y el ex canciller Héctor Timmerman, unos días antes de fallecer en extrañas circunstancias que generan justificadas sospechas sobre las verdaderas causas de su muerte.

Obviamente tampoco denunció los gravísimos y repetidos hechos de corrupción en la obra pública que se registraron durante los doce años de gestión del matrimonio Kirchner. Por el contrario, favoreció con su silencio y omisión el impulso de proyectos manchados por manejos espúreos como el gasoducto del NEA.

Su lealtad ciega lo transformó en cómplice pasivo de todos esos estragos pero le valió la confianza necesaria para tratar de alcanzar lo único que le importa realmente, llegar a ser gobernador de la provincia de Santa Fe. Si eso finalmente ocurre, cabe preguntarse si será capaz de defender los intereses de los santafesinos frente a una Casa Rosada que muy probablemente estará poblada por un gobierno justicialista.

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