Saín ahora dice que no se siente seguro y que su familia nunca vivirá en Santa Fe

El responsable de la política de seguridad del gobierno de Omar Perotti, Marcelo Saín, continúa formulando declaraciones disparatadas que inquietan a la sociedad. Esta vez sostuvo en una entrevista radial que no se siente seguro y que por esa razón su familia nunca vivirá en Santa Fe.

Perotti y Saín, responsables de una política de seguridad que está a la deriva.

Mientras la inseguridad crece de manera exponencial, en lugar de bajar, tal como prometió el gobernador Omar Perotti durante la campaña electoral, hace ya casi un año, el controvertido ministro de Seguridad continúa actuando como un comentarista de la realidad, dejando frases que generan inquietud en la sociedad santafesina. El último de una larga serie de disparates, pronunciado en una extensa entrevista que concedió a una emisora radial, señala que el responsable de implementar la política contra la inseguridad en la provincia no se siente seguro parar traer a vivir a su familia a Santa Fe.

El ministro de Seguridad brindó su mirada sobre la ola de violencia e inseguridad que azota a Santa Fe y Rosario y criticó a la clase política de los últimos 15 años. También, cuestionó duramente a la sociedad que consume droga y compra artículos robados.

Ante la creciente ola de asesinatos e inseguridad que azota a Santa Fe (25 crímenes) y a Rosario (57 crímenes), el ministro de Seguridad de la provincia Marcelo Sain analizó el estado actual de las fuerzas policiales, la política de seguridad que se aplicó en los últimos 25 años y los vínculos entre los consumos ilícitos de la sociedad y el mundo del delito.

El funcionario reconoció que está amenazado, que se mueve a todos los lados con seis custodios, y que su familia nunca va a vivir en Santa Fe.

Sain sostuvo que hay una gran resistencia de un bloque político de diversos partidos a los cambios. “Esta es una provincia extremadamente conservadora. Hasta los sectores de izquierda o los progresistas tienen miedo al cambio”, sentenció.

En este sentido, el ministro subrayó que “acá la política pactó con la policía para intentar lograr la paz de la calle y esto no ocurrió. Acá se detuvieron policías que eran mimados por el Frente Progresista y por el peronismo. Acá no hay un problema partidario sino de un bloque de poder”.

Consultado sobre la inseguridad reinante en Santa Fe y en Rosario, el ministro adelantó que están planificando la compra de motos para tener respuestas con mayor celeridad. Aclaró que no sirve tener más patrulleros, sí motos y policías caminantes.

Sobre la cantidad de policías necesarios para mejorar la seguridad, el funcionario manifestó hay que ser sinceros con la sociedad y decirle que por año se retiran mil agentes e ingresan quinientos. “Tenemos menos policías que hace 10 años. Recomponer la cantidad de agentes necesarios llevará años. Estamos planificando a largo plazo”, afirmó.

Sobre la custodia de las armas secuestradas en causas judiciales y las críticas que recibió de Rafael Gutiérrez, el ministro recalcó que «esta una responsabilidad de la Justicia no de la policía. La Justicia tiene que asegurar que no se las roben o se las alquile a los delincuentes».

Finalmente, Sain remarcó que “la sociedad también se tiene que hacerse cargo de la inseguridad. No hay coleccionistas de celulares o de ruedas robadas. La cocaína que venía en la avioneta que se encontró en los campos de San Justo era para el consumo de la provincia de Santa Fe. Esto es un consumo de clase media y alta. Y el dinero que se recauda por estas ventas luego se lava en la economía local”.

Disparate tras disparate

Anteriormente, Saín había dicho sobre el final de una extensa entrevista televisiva realizada en Buenos Aires “vine a descansar porque si me quedo allá me cagan a tiros”. Los mensajes de repudio se multiplicaron en las redes y lo obligaron a hacer un descargo, a medias, sobre lo que había sucedido. En vez de retractarse, fue por más: “Hay personas y dirigentes santafesinos que creen que lo que digo es joda y no es serio. Son los que siempre han puesto la basura abajo de la alfombra que hoy se empieza a ver”. Apenas una semana antes, el ministro había justificado la ola de violencia con un argumento extraño y haciendo un análisis de la situación como si él, en vez del responsable de la Seguridad en Santa Fe, fuera un mero comentarista. Cuando le preguntaron, en radio Metro por los homicidios, respondió: «Es algo bastante estacional en esta época, es habitual para los meses de enero y febrero”.

A mediados de febrero, se trenzó en una pelea discursiva con los vecinos de la ciudad más poblada de Santa Fe: «La sociedad rosarina se cree que vive en un cantón suizo, pero hay un enorme nivel de violencia”, les dijo, como si no les tocara vivir en carne propia la inseguridad. Además, el ministro de Seguridad dijo que no hablaría de asesinatos puntuales sino que debía abordar un «problema complejo”.

Febrero tuvo muchos traspiés para el funcionario más polémico de la gestión de Perotti. Apenas se había iniciado el mes, Saín fue partícipe de otra polémica, luego de anunciar que aumentaría el valor del servicio de adicionales que regía para los efectivos policiales de Santa Fe. Los clubes de fútbol, las cámaras de comercio y todos los que deben contar con policías en sus establecimientos, pusieron el grito en el cielo. Pero el ministro de Seguridad se defendió: “Gente hipócrita: quieren la policía sueca pero está dispuestos a pagar la policía congoleña”.

Pero su paso en falso más recordado fue el que cometió a finales de enero. De repente, cambió la foto de perfil de su cuenta de Twitter. La imagen seria, de saco y corbata, había desaparecido y se podía ver allí un collage con la foto de Capitán América, el superhéroe norteamericano, y el rostro del ministro.

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