La muerte de Héctor Solaro interpela al poder público sunchalense y a la Justicia

El emprendedor inmobiliario que denunció al concejal Horacio Bertoglio por estafa, murió ayer en un aparente suicidio que muy probablemente fue provocado por los hechos que padeció y por los cuales no obtuvo respuestas.

El bloque del PDP en el Concejo Municipal quedó manchado por el caso Solaro y la muerte de su titular.

La trágica desaparición de Héctor Solaro, conocida en el día de ayer, enluta a la comunidad e interpela al poder público sunchalense, en especial al Concejo Deliberante, cuyos miembros no hicieron todo lo necesario para destituir a quien presuntamente lo estafó e incumplió sus deberes como funcionario público, y al Poder Judicial que se movió con la lentitud que lo caracteriza para castigar a quien provocó su ruina financiera y probablemente su drástica decisión. En la prensa escrita un suicidio no es considerado una noticia, entre otras cosas, porque es un acto personal y privado. Por eso los diarios de nuestro país y del mundo, publican la noticia de la muerte de una persona pero no la decisión de quitarse la vida que esta tomó. En el caso de Solaro, las probables vinculaciones con el caso que involucra al concejal Horacio Bertoglio y sus allegados, su decisión de quitarse la vida, confirmada a Primero Sunchales por fuentes confiables, se transforma en noticia puesto que los hechos que investigó el Concejo Deliberante y que dieron lugar a dos presentaciones ante la Justicia, probablemente hayan influido en su estado de ánimo y su posterior trágica decisión.

Según testimonio de allegados, Solaro pasó los últimos años angustiado por el destino del emprendimiento inmobiliario que le daría tranquilidad financiera en los últimos años de su vida pero que al final, por obra de su ex apoderado y su socio, terminó transformándose en una verdadera pesadilla. Probablemente esto no explique por sí la resolución que adoptó y que la Justicia deberá confirmar o descartar, pero si el estado de ánimo en que este hecho ocurrió.

Tres años de angustia

El padecimiento de Solaro comenzó cuando eligió a Bertoglio como apoderado para que se encargue de desarrollar la urbanización que lleva su nombre. Sin embargo, los hechos que ahora investiga la Justicia se desencadenaron tres años atrás, cuando el intendente Gonzalo Toselli vetó un artículo de la ordenanza 2845/2020 impulsada por el concejal del PDP que está relacionada con el desarrollo del loteo. Mediante el decreto 2951/2020, Toselli observó la norma que en líneas generales brindaba un nuevo plazo al emprendedor inmobiliario Héctor Solaro para que realice las obras de infraestructura adeudadas -instalación de cañerías de cloacas y construcción de una estación elevadora, entre otras cosas- en el loteo que lleva adelante y cuyo plazo legal estaba vencido desde hace mucho tiempo.

En ese momento, los propios compañeros de Bertoglio en el Concejo Municipal , comenzaron a tomar consciencia de que muy probablemente se encontraban ante un conflicto de intereses, dado que Bertoglio representaba al loteador y al poder público que tiene la función de controlar y regular ese tipo de emprendimientos. Pero eso no fue todo, porque al momento de impulsar la ordenanza vetada de manera parcial, el edil de la Democracia Progresista ocultó el hecho de que al mismo tiempo se desempeñaba como apoderado de Solaro.

Conflicto de intereses

Si todo eso constituye una razón suficiente para que Toselli se decida a tomar una medida tan impopular e infrecuente como el veto a una norma del Concejo Municipal -uno de los últimos antecedentes fue el veto del entonces intendente Ezequiel Bolatti curiosamente a otra iniciativa impulsada por Bertoglio-, el hecho de que el concejal del PDP esté vinculado profesionalmente al proyecto Solaro, circunstancia que bien podría constituir una incompatibilidad, un conflicto de intereses o de carácter ético, habría terminado por decidir al intendente municipal de la necesidad de observar la iniciativa que votaron los miembros del Concejo en pleno, es decir, del oficialismo y de la oposición.

Al momento de argumentar la sanción de la ordenanza observada que dispone que el plazo originalmente establecido para que se ejecuten las obras de infraestructura en el loteo Solaro “no está vencido”, Bertoglio no aclaró que se encuentra vinculado al emprendimiento y que figura como apoderado del mismo y se limitó a señalar que los detalles de la norma fueron debatidos en comisión en el mes de diciembre pasado.

Cadena de incumplimientos

El denominado loteo Solaro nació a mediados de la década pasada y como suele ocurrir, avanzó en cuanto a la comercialización de las parcelas aunque no en cuanto a las inversiones estipuladas en materia de infraestructura. Tras años de incumplimientos, la ampliación de Villa Autódromo, se dividió en tres partes precisamente para que el desarrollador pudiera realizar las obras adeudadas. En ese momento, el Concejo otorgó un nuevo plazo que tampoco se cumplió, razón por la cual, el concejal Horacio Bertoglio, quien figura como apoderado del emprendedor, decidió pedir él mismo una nueva excepción.

Frustrada destitución e investigación judicial

Finalmente y ante la repercusión pública que adquirió el caso, el Concejo Municipal decidió investigar la conducta de Bertoglio y encargó al prestigioso abogado Domingo Rondina que elabore un dictamente que dejó muy mal parado al concejal y terminó formalizando un pedido de remoción “por incompatibilidad legal e inhabilidad moral” que no prosperó por la acción de su compañera de bloque, María Alejandra Bugnón de Porporatto y del vecinalista Oscar Trinchieri. Al término de esa escandalosa sesión que mancha la historia del Concejo Municipal, la representante del PRO, María José Ferrero afirmó con indisimulable pesar que “la política sunchalense no alcanzó para sancionar conductas reñidas con la ética pública”.

Sin embargo y pese a la protección que le brindaron sus colegas, la Justicia puso en marcha dos investigaciones que se sustancian en los tribunales rafaelinos, una por incumplimiento de deberes, basada en el dictamen de Rondina e impulsada por las concejales Andrea Ochat, María José Ferrero y Luciana Paredes, estas dos últimas con mandato cumplido y otra por estafa, impulsada por el propio afectado y el abogado Juan Manuel Chiapero.

La falta de respuestas de las instituciones públicas y la lentitud de la Justicia, probablemente ensombrecieron los últimos años de la existencia de Héctor Solaro que sufrió en carne propia lo que los argentinos vemos a diario: la corrupción e impunidad de quienes gozan de protección política como el concejal Horacio Bertoglio.

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