La salida de Marcelo Saín refleja el fracaso de la política de Seguridad del gobierno de Perotti

El controvertido ministro de Seguridad debió presentar su renuncia para evitar el juicio político en su contra que avanzaba en la Legislatura con apoyo de representantes de la oposición y del propio oficialismo.

La sustitución de Saín demuestra que Perotti llegó a la Casa Gris in un plan concreto de seguridad.

La renuncia de Marcelo Saín era un hecho inevitable, no solo por sus desplantes y declaraciones explosivas, sino sobre todo, por las desastrosas estadísticas de su gestión al frente del ministerio de Seguridad de Santa Fe que revela que Omar Perotti se sirvió del problema de la inseguridad para llegar a la Casa Gris y que asumió el poder sin un plan serio y concreto para enfrentar y combatir el delito.

Lo peor está por venir

Si lo que vivimos los santafesinos en materia de seguridad pública durante el último año fue espantoso, lo que viene no es muy alentador, dado que Perotti reemplazó a Saín por un funcionario de su propia confianza y mantuvo el equipo completo que lo acompañó desde el inicio de su gestión.

Su reemplazante, el diputado Jorge Lagna, inició su gestión con operativos rimbombantes destinados más a calmar la ansiedad de la opinión pública que a combatir el creciente delito, tal como demuestran los clásicos “operativos de saturación” que por estas horas se desarrollan en las principales ciudades de la provincia.

La designación de Lagna, autor de un libelo antisocialista de pésima factura, también demuestra que Perotti carece de la más mínima capacidad autocrítica y que de aquí en más profundizará la estrategia de echarle la culpa por los espantosos índices de inseguridad que agobian a los santafesinos a la “herencia recibida”.

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