No solo en Seguridad: la Provincia también saca un reprobado en Educación

A pesar de contar con los recursos necesarios y por cuestiones ideológicas, la gestión de Omar Perotti se despide con otro ciclo escolar retrasado y reducido por los paros docentes.

Aulas vacías en las escuelas públicas, una constante en la deslucida gestión de Omar Perotti.

Para muchos santafesinos, en 2019, la gestión de Omar Perotti representaba la esperanza de comenzar a resolver problemas gravísimos como la inseguridad que las administraciones anteriores del Frente Progresista no lograron solucionar. Casi cuatro años después, el primer gobernador rafaelino de la historia de la provincia de Santa Fe se va con una imagen desdibujada y ensombrecida y con un enorme reprobado en Seguridad y en Educación pública.

En materia de Seguridad, las estadísticas hablan por sí mismas: violencia récord en Rosario, con más muertos que días del calendario, ausencia del Estado, una Policía que se autogobierna y una reacción tardía del mandatario hacia el Gobierno nacional que debería hacerse cargo de la situación pero prefiere mirar para otro lado. Nada más lejos de la “paz y el orden”, el eslogan que quedará grabado a sangre y fuego en la memoria de los santafesinos.

En materia de Educación, todo indica que Perotti no logrará dar inicio de manera normal ningún ciclo lectivo en los cuatro años de su gestión, dado que los gremios docentes se encaminan a realizar una nueva serie de paros en protesta por la política salarial del gobierno.

Para peor, la Provincia cuenta con los recursos necesarios para recomponer los salarios de los trabajadores de la educación, ante un proceso inflacionario feroz, provocado por sus aliados políticos de la Nación y que según la mayoría de los especialistas, superará el 100 por ciento interanual.

Lo más extraño del caso es que el gobierno de Perotti parece instigar el conflicto docente, en lugar de apaciguarlo, dando muestras de una voluntad real por negociar y llegar a un acuerdo, evitando de esa manera el daño que los paros continuados le provocan a una sociedad atravesada por la pobreza y la violencia que necesita más educación.

Se quedaron en los 90

Pareciera que quienes asesoran al gobernador entienden que las aulas cerradas representan un beneficio político inverosímil, propio de los 90, cuando el menemismo y su versión provincial, el reutemismo, aseguraban que los docentes tienen tres meses de vacaciones y no quieren trabajar, una visión muy arcaica que forma parte del imaginario político del perottismo.

No se entiende de otra manera que sea el propio Gobierno quien dinamita las paritarias con propuestas que están muy lejos de una inflación que a pesar de las promesas del ministro de Economía Sergio Massa, continúa en ascenso y superará holgadamente el 100 por ciento interanual y que funcionarios como Adriana Cantero, consideran “razonable y seria”, cuando cualquier persona que sabe que es insuficiente en una economía indexada donde hay una inflación de tres dígitos.

La ideología arcaica y superficial les impide ver que en realidad es el Estado el responsable de garantizar la educación de los ciudadanos, no los gremios docentes.

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