Perotti y una falta de liderazgo que se se acrecienta con la crisis que provoca la pandemia

El gobernador de Santa Fe se limita a repetir consignas y eslóganes y se muestra incapaz de tomar decisiones que podrían aliviar el peso de la crisis económica y social que provoca la cuarentena.

Omar Perotti se limita a dar discursos superficiales que no aportan soluciones
para miles de santafesinos agobiados por la crisis.

Por Fernando Garello – Con más de cincuenta días de cuarentena, la falta de liderazgo de Omar Perotti resulta indisimulable. Por más que los medios de comunicación de las principales ciudades de la provincia eviten el tema, la figura del gobernador hoy aparece como una sombra tenue para millones de personas que tratan de sobrevivir a la pandemia de Covid-19 y a la crisis económica y social que provoca un aislamiento que no tiene precedentes.

La indecisión del gobernador se nota en tema cruciales como la paralización de la actividad económica y la ayuda a pequeños y mediano comerciantes e industriales. También en la insólita omisión de cualquier flexibilización en la situación de miles de niños santafesinos que no salen ni siquiera media hora a la calle desde hace casi dos meses, un récord mundial que no se explica más que por la desidia y el desinterés.

Hace aproximadamente unas semanas, cuando tuvo la gran oportunidad de tomar una decisión que se ajustara a la realidad santafesina, Perotti convocó a una cumbre virtual con sus pares de Buenos Aires y Córdoba para adoptar una postura común en torno a las “salidas recreativas” que propuso el presidente de la Nación, cuya implementación dejó a criterio de cada gobernador. La consigna era clara: cada distrito debería decidir de acuerdo a su realidad local. En lugar de eso, Perotti puso a Santa Fe en el mismo nivel de provincias donde la pandemia está más extendida, perjudicando de esa manera a miles de comerciantes, empresarios y trabajadores que debieron esperar quince días más para comenzar a reanudar sus actividades.

Incluso con datos alentadores sobre la cantidad de contagios y víctimas fatales, el gobernador santafesino fue incapaz de tomar la decisión de flexibilizar actividades que contaban con el visto bueno del gobierno federal. Recién tras las manifestaciones espontáneas que se registraron en su propia ciudad natal, Rafaela, y en Esperanza y Santa Fe, Perotti se atrevió a dar luz verde al inicio de actividades comerciales que debieron reanudarse por lo menos quince días antes.

La deuda de la seguridad

Otro de los puntos débiles de la administración perottista es indudablemente la creciente inseguridad, un problema que afecta a la mayor parte de las localidades santafesinas, incluida Sunchales. A casi un año de ganar las elecciones con la promesa de restablecer “la paz y el orden” perdidos, hasta ahora solo hemos visto una colección de disparates discursivos de su ministro de Seguridad, Marcelo Saín, funcionario que heredó de la gestión anterior, un par de proyectos de ley que demoraron más de diez meses en ser redactados e ingresar a la Legislatura, y el previsible y repetidísimo recambio de cúpulas policiales. En el caso de nuestra ciudad, “la propuesta” anunciada con fanfarrias no es más que otra promesa: la construcción de una nueva comisaría.

En rigor, se espera que el problema de la inseguridad se multiplique exponencialmente durante los próximos meses, al ritmo del crecimiento de la pobreza y la marginalidad, dos indicadores que ya eran muy altos antes de la pandemia y que ahora se están disparando por la cuarentena.

En semejante contexto, no habrá soluciones mágicas y la reducción del delito, como ha ocurrido desde siempre, solamente se producirá con la recuperación de la economía y la consecuente disminución de la pobreza y la marginalidad.

Un antecedente que no lo beneficia

Mientras tanto, el gobernador se limita a apariciones virtuales donde repite eslóganes y consignas que todo el mundo conoce y que no alcanzan para resolver el día a día de miles millones de ciudadanos agobiados por la pandemia y la crisis económica y social que provoca la cuarentena obligatoria. ¿Tiene madera para convertirse en piloto de tormentas? Antes de asumir puso numerosos reparos a la situación en que supuestamente recibía la provincia, cuando en realidad, en un país como el nuestro, nunca se gobierna en condiciones ideales.

Si miramos para atrás, hay un antecedente que no lo beneficia: durante la gran crisis de 2001, cuando cumplía el mandato de senador, Perotti renunció y dejó el país para radicarse en los Estados Unidos, donde desempeñó un cargo menor en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), institución con la cual se relacionó estrechamente durante su gestión como intendente rafaelino. En esa oportunidad no tuvo ningún reparo en aprovechar un privilegio que millones de compatriotas no tenían, olvidándose del mandato que le confirieron los ciudadanos. Perotti actuó en ese momento como el privilegiado al que no le gustan los rigores del invierno y puede darse el lujo de volar al hemisferio norte para disfrutar del verano.

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