Reunión clave para destrabar ayuda financiera del gobierno nacional para SanCor

El secretario general de Atilra deberá concurrir hoy al ministerio de Agroindustria de la Nación para acordar una salida a las negociaciones sobre la ayuda financiera del gobierno a SanCor, aceptando una rebaja en los aportes que la empresa realiza al gremio.

La ayuda para SanCor podría destrabarse hoy si Ponce resigna pretensiones.

Héctor Ponce debió bajar la cabeza luego que la empresa le soltara la mano y lo dejara solo en la lucha por un privilegio que el gobierno de Mauricio Macri no está dispuesto a avalar, tal como afirmó el propio ministro Ricardo Buryaile, en declaraciones públicas que no dejaron lugar para la duda: si el gremio lechero no baja los aportes patronales extraordinarios, los 450 millones de pesos que necesita la cooperativa para salir del cuello de botella financiero en que se encuentra, no se harán efectivos. Por eso el gremialista, a quien las bases cuestionan seriamente desde que se agudizó la crisis de SanCor y no se atreve a enfrentar a los trabajadores, aceptó sentarse a negociar en una reunión que tendrá lugar hoy en Buenos Aires y de la cual también participarán los ministros de Trabajo, Jorge Triaca, y de la Producción, Francisco Cabrera.

Luego de advertir que se encuentra en un camino sin salida, Ponce descargó su furia con la cúpula de SanCor, a quienes reclamó muy tardíamente “que se termine con la imprevisión, la irresponsabilidad, la ausencia de planificación y la falta de seriedad”. El gremialista subestimó la determinación del gobierno nacional para poner fin a la fiesta que se montó sobre la base de los aportes patronales, utilizados a lo largo de la última década para financiar proyectos faraónicos y espectáculos nocturnos y deportivos, mientras las empresas del sector perdían rentabilidad y caían en picada. También fue incapaz de interpretar la gravedad de la crisis que padece SanCor y que terminó por volcar a los directivos en su contra, ante la inflexibilidad de las demandas del gobierno nacional.

Ahora Ponce deberá negociar con el ministro que acaba de decir que no habrá dinero para SanCor si el gremio que conduce no acepta bajar los cuestionados aportes patronales de manera significativa. De manera predecible, tratará de simular que la derrota fue en realidad una victoria exigiendo que la baja de los aportes se aplique solamente en el caso de SanCor, cuando en realidad la mayoría de las pymes no los pagan y el resto de las compañías medianas y grandes podrían seguir el mismo camino. Razones no les faltan, dado que la normativa que regula el funcionamiento de las organizaciones gremiales prohíbe a las empresas hacer este tipo de contribuciones.

La conducción encabezada por Ponce también deberá hacer frente a la demanda de no formular nuevas exigencias salariales en lo que resta del año, algo que según trascendió, también será aceptado sin mayores miramientos, dado que les interesa  mucho más mantener el flujo de dinero que le permite llevar a cabo sus proyectos desproporcionados.

Un cargo que le queda grande

En lugar de pensar, tarea que le cabe como conductor de la organización gremial, Ponce se pasó las últimas semanas más preocupado en reprimir y perseguir a los trabajadores que exigen que se destrabe la ayuda del gobierno nacional para evitar la quiebra de la empresa y a los periodistas que no repiten el libreto que desde la sede de calle José Ingenieros les dictan. Una muestra más de que el cargo que ocupa le quedó demasiado grande.

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