Trinchieri, sin proyecto ni partido político, busca un imprudente quinto mandato

Tras fracasar en la actividad privada, decidió volver a la política con el viejo partido familiar que estuvo inactivo durante varios años. En sus cuatro gestiones como intendente prácticamente no se construyeron viviendas, ni se pavimentaron calles y la infraestructura se vio deteriorada por falta de mantenimiento e inversiones.

Trinchieri obsequia cerveza a un periodista de Canal 4,
en una fotografía que nos hizo llegar uno de nuestros lectores.

Por Fernando Garello – Si hay algo que caracteriza a Oscar Trinchieri es la informalidad. Desde el inicio de su carrera política se esforzó por presentarse ante la sociedad sunchalense como un “niño bien” al cual se le permite casi todo y como un vecino bonachón que siempre está dispuesto a dar una palmadita en la espalda a los electores. La utilización de un apodo como carta de presentación así lo evidencia. Incluso en su caso, “Pancho” fue y sigue siendo su lema y su proyecto político. Por eso sus administraciones naufragaron en la intrascendencia y la frivolidad. De alguna manera, se quedó en los 90, cuando el personaje era más importante que el proyecto, cuando la sonrisa permanente y la palmadita repetida en el hombro tenían más valor que las iniciativas destinadas a resolver los problema más básicos de la sociedad. Fueron los años donde Reutemann se mostraba con su campera roja y Daniel Scioli aceptaba el convite de Menem, esperando una oportunidad de llegar a la presidencia de la Nación que afortunadamente nunca se le dio.

No es casual que a lo largo de los dieciséis años en que Trinchieri gobernó la ciudad, se profundizaran problemas sociales básicos como el acceso a la vivienda, la infraestructura pública, la pobreza, la educación y la seguridad. No en vano se ganó el mote de “lunita tucumana” porque, como decían los vecinos, “alumbra y nada más”.

Sin nada que ofrecer

Trinchieri ya no tiene nada que ofrecerle a los sunchalenses. Solamente se vuelve a postular porque no puede hacer otra cosa que vivir a costa de los contribuyentes, al igual que la mayoría de la mediocre “clase dirigente” -como gustan autodenominarse-, que durante las últimas décadas condenó al fracaso a nuestro país. Fue un parásito que contribuyó al colapso y desguace de SanCor y cuando se quedó sin cargo público porque la ciudadanía le dijo basta, no logró sobrevivir como abogado. Por eso focaliza su discurso de campaña en el tema de la seguridad, aun sabiendo que el crecimiento desmesurado de la pobreza durante los últimos años impide cualquier solución duradera del problema. Su cinismo es tal que incluso estaría involucrado en el manejo irregular de los fondos de la Cooperadora Policial, un tema que todavía no ha sido abordado debidamente ni expuesto a la luz pública.

Los sunchalenses fuimos demasiado generosos al otorgarle el alto honor de gobernar la ciudad durante cuatro períodos. A cambio recibimos una actitud frívola, mezquina y muchas veces irresponsable. Durante sus dieciséis años de gestión prácticamente no se construyeron viviendas con apoyo del estado, no se pavimentaron calles y la infraestructura pública se vio seriamente deteriorada, como la red de desagües cloacales y el parque de máquinas y herramientas del Corralón Municipal. Trinchieri ya nos salió demasiado caro a los sunchalenses y a decir verdad, ni siquiera tiene proyecto, ni partido político y en lo personal es realmente improbable que cambie a esta altura de su vida.

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